En Twitter, el 2 % de los usuarios es el artífice del envío del 70 % de los mensajes de toda la red social. Es una pauta que podemos observar en muchos otros sistemas. Por ejemplo, el 1 % de las personas más ricas del mundo controla el 35 % de la riqueza. El índice de frecuencia de etiquetado de fotografías en las páginas de flickr obedece también a esta distribución. Y la popularidad de los libros, el tamaño de los asteroides, los temblores de tierra, etc.
O como señala Clay Shirky: "en el sistema nacional de salud de los Estados Unidos, el tratamiento de la quinta parte de los pacientes sujetos a las terapias más costosas genera las cuatro quintas partes del gasto global."
El principio de Pareto, también conocido como la regla del 80-20, fue enunciado, hace un siglo, el economista italiano Vilfredo Pareto, que observó que la gente en su sociedad se dividía naturalmente entre los «pocos de mucho» y los «muchos de poco».
Son muchos los nombres que se han adjudicado a los efectos de esta distribución de Pareto, que se emplea en numerosos ámbitos: ley de Zipf, distribución de la ley de potencias, norma de que el ganador se lo lleva todo
, pero el principio subyacente es siempre el mismo, tal y como señala el propio Shirky: "los participantes más ricos, los más atareados o los más conectados de un determinado sistema son también los que generan una parte de riqueza, actividad y conectividad muy, pero que muy superior a la media de los intervinientes."
Por ejemplo, si echamos un vistazo a las palabras más usadas en inglés. La partícula "the" no sólo es la palabra más corriente en lengua inglesa: es también un vocablo que aparece el doble de veces que la segunda voz más común, que es "of". Tal y como se explica en el libro editado por John Brockman Este libro le hará más inteligente:
Este tipo de pauta es recursiva. En el seno del veinte por ciento de personas que ocupan la franja más alta de una distribución de Pareto, el veinte por ciento superior de esa fracción también será el que se responsabilice de una cantidad desproporcionadamente mayor del factor que se esté valorando, sea cual sea, y así sucesivamente. El elemento situado en la cúspide de un sistema de este tipo tendrá un peso sobre el conjunto de la distribución muy superior al que pueda ejercer siquiera el elemento colocado en la segunda posición de esa misma clasficación.