martes, 21 de xaneiro de 2014

Los ordenadores pueden motivar al alumno, pero la memoria es fundamental

«Las tecnologías sí pueden ayudarnos a adaptar la educación a cada alumno»
«Es urgente mejorar los equipos directivos de los centros y la formación del profesorado»


José Antonio Marina, filósofo y profesor, ha publicado infinidad de ensayos, ha montado una 'universidad de padres' y acaba de lanzar una 'escuela de parejas'; una actividad frenética para clamar por un cambio educativo radical, que implique a toda la sociedad.

¿Debemos integrar las nuevas tecnologías en la educación?
Las nuevas tecnologías son un medio fantástico, pero no producen conocimiento solo por el hecho de estar conectados. Ni siquiera por la facilidad con la que se puede encontrar información. Son herramientas que, para ser útiles, requieren que delante de la pantalla haya una persona que sepa utilizarlas. Un burro conectado a Internet sigue siendo un burro.

¿Cómo pueden aprovecharse?
Tienen un gran poder de motivación. Empezamos a tener estudios sobre su eficacia en las aulas y hemos comprobado que quienes resultan más beneficiados por el uso de las nuevas tecnologías son los alumnos menos aventajados porque el modo de presentarles la información puede interesarles más, quitarles miedos y facilitarles la comprensión. Pero el aprendizaje tiene un aspecto muy repetitivo: para aprender una cosa, hay que repasarla y ahí se utilizan menos.

¿Y podrían usarse más?
Pueden hacer que la repetición sea más amena, pero la memoria sigue siendo fundamental.

¿Acaso debemos reivindicar la memoria?

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